
Tarde tranquila, luminosa, de cielo diáfano y atmósfera sonora de un día de julio que muere lenta y lánguidamente. Los veraneantes regresan del paseo vespertino, se acercan y acomodan en el poyo de piedra de la plaza, donde continúan con la muy animada y amena charla. ¡Cuántas historias habrán escuchado estas piedras de mozos y […]